Pilar despide a Roberto Carlos Torres, símbolo del atletismo local

Torres, una figura emblemática del atletismo local y nacional, falleció este Martes a los 92 años. Su legado deportivo y humano marcó generaciones.

Deportes14 de octubre de 2025
RCT

Este Martes, Pilar despidió a una de sus personalidades más emblemáticas del deporte local. Roberto Carlos Torres, reconocido atleta y referente histórico del atletismo pilarense, falleció a los 92 años, dejando una huella imborrable en la comunidad.

Nacido el 21 de octubre de 1932 en la Ciudad de Buenos Aires, Torres llegó a Pilar siendo niño y se formó en el Instituto Carlos Pellegrini, donde descubrió su pasión por el deporte. Allí comenzó a destacarse en competencias intercolegiales, iniciando un recorrido que lo convertiría en una verdadera leyenda del atletismo local y nacional.

A lo largo de su vida, acumuló títulos, trofeos y anécdotas que lo consagraron como un ícono del deporte. Fue apodado de múltiples maneras —"Ñandú Criollo", "El Correcaminos", "El Señor del Atletismo", "El Legendario"— y tuvo el honor de correr junto a Juan Carlos Zabala, campeón olímpico en 1932.

Su carrera comenzó en la década del ’40, cuando como alumno del Industrial de Luján ganó una carrera de 5 mil metros en un intercolegial. Desde entonces, su entusiasmo por el atletismo no se detuvo. Aunque también brilló en otras disciplinas como fútbol, básquet, natación y paleta, fue en las pistas donde dejó su mayor legado.

Además de su faceta deportiva, Torres fue enfermero, profesor de natación y gimnasia, y bombero voluntario de Pilar, donde integró el cuerpo de reservistas. En los últimos años, participaba activamente del Hogar de Día del Centro de Jubilados de la calle San Luis, compartiendo sus días con amigos y compañeros, siempre con el entusiasmo que lo caracterizaba.

Fue portador de la antorcha olímpica durante los Juegos Panamericanos de 1992 en Mar del Plata, y ganó en tres oportunidades el Maratón de los Barrios. Su pasión lo llevó a fundar, a principios de los años ’90, la Asociación Atlética de Pilar, donde se formaron generaciones de deportistas locales.

En reconocimiento a su trayectoria, el corredor aeróbico del centro de Pilar lleva su nombre, un homenaje que lo emocionó profundamente y que simboliza el cariño de toda la comunidad.

Roberto Carlos Torres deja un legado de esfuerzo, humildad y pasión por el deporte. Pilar lo despide con respeto y gratitud, sabiendo que su historia seguirá inspirando a las nuevas generaciones.

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