Historias de Vida: Víctor y Ramiro Fridman, unidos por una Pasión

Son padre e hijo y juntos tuvieron que superar diversos obstáculos en la vida, los unió la pasión y el fanatismo por el polo.

Sociedad09 de noviembre de 2019
POLO
FOTOMatías Callejo

"No hay problema, todo tiene solución. Cuando terminamos de hacer un estudio en el médico nos tomamos el tren a Pilar y de ahí llegamos rápido a Las Monjitas".  La frase, sencilla y clara, está cargada de optimismo. Esas palabras que se escuchan a través del teléfono se podrían traducir solo en cuatro sílabas: fanatismo.

Víctor Fridman es eso, un fanático del polo. Tanto él como su hijo Ramiro son hinchas anónimos, de esos que no vienen de familias relacionadas a nuestro deporte ni nada que se le parezca. Cómo ellos hay muchos, pero el caso de Víctor y Ramiro es particular y el hecho de viajar hasta Pilar un miércoles para poder vivir de cerca un nuevo partido de su equipo  lo demuestra claramente. El polo despierta pasiones más allá de las raíces de cada uno.

Víctor, de 54 años, jamás jugó al polo; pero desde que tenía 5 años, su padre lo llevaba a Palermo. Y así como su papá hizo con él, Víctor realiza lo propio con Ramirito, de 12, quien lleva seis años como asiduo visitante del polo.

Ramiro, hace unos años no dejaba que Eduardo Novillo Astrada (h), hoy Presidente de la Asociación Argentina de Polo (AAP), pueda realizar el calentamiento antes de un importante encuentro del Abierto de Hurlingham. "Habíamos viajado y hacía mucho calor… Entonces, de paso por los palenques, vio una colchoneta en el piso, se tiró y se quedó dormido. ¡Pero ahí tenía que hacer la entrada en calor Eduardo", contó Víctor, entre risas.

Edu no sólo no le quitó la "Cama" a Ramiro, sino que buscó otro lugar para calentar, jugó el partido y luego del campanazo final, se sacó una foto con ellos y le regaló su remera al pequeño.

De allí nace la amistad de Rami con Eduardo y el amor de ambos hacia La Aguada, porque si bien Víctor afirma que "Soy hincha del polo, porque donde hayan 8 jugadores taqueando, nosotros estamos, tengan el hándicap que tengan", todo el mundo conoce que su corazón tira para el lado de Open Door.   

Con orgullo, Víctor afirma que tiene una mini colección de remeras que polistas le fueron regalando a él y Ramiro, que las guarda celosamente cada una en una bolsita, en donde figura la fecha del encuentro, el resultado y el torneo que se estaba jugando.

A esa colección, esta tarde se le agregó una nueva camiseta, ya que Ignacio Novillo Astrada, al término del encuentro ante Las Monjitas, se sacó la suya y se la entregó a Ramiro, que la recibió con una sonrisa de par en par.

El de Víctor y Ramiro es la demostración práctica del famoso "Te sigo a todas partes" muchas más veces escuchado en deportes como el fútbol, el básquet o el rugby. Unos días atrás se los escuchó festejar el triunfo de La Aguada, en chukker suplementario, en la Xtreme Polo League. Esas actitudes, tan espontáneas y genuinas, están haciendo que de a poco, sus caras pasen a ser habituales en el entorno que rodea a las tablas rojas. Y durante la Triple Corona, esa pasión crece y se potencia. No hace falta jugarlo, no necesariamente hay que venir de familia relacionada al caballo y los tacos, el polo se puede disfrutar desde otro lugar y despertar las mismas pasiones que cualquier otro deporte.

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