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De vender en la calle al bullying, del ciberacoso a brillar en la TV: las cien vidas de Maxi Martínez, el derquino más viral

Conocido por una foto haciendo asado, se enfrentó a un mundo de burlas en las redes por su talla baja. Hoy es una figura influencer que, de las redes, dio el salto a la televisión. Detrás del personaje viral sobresale el muchacho de barrio que pudo dar vuelta su propia historia.

Sociedad - Pilarenses con Historias 06/08/2021 Augusto Fernández Díaz
maxi martinez apertura

¿Quién puede decir que no conoce a Maximiliano Martínez? Su postal inconfundible se ha cruzado ante los ojos de todos -o casi todos- al menos alguna vez: la parrilla en marcha, la camiseta de Boca y el gesto de optimismo. Una imagen que recorrió millones de pantallas y que adoptó tantos significados como personas que la reenviaron. Una foto convertida en chiste, una persona arrastrada al meme a la fuerza. Un auténtico retrato de lo que puede ser la vida en redes sociales: cuando menos lo esperes, no serás dueño ni de tu propio rostro.

¿Quién conoce a Maximiliano Martínez? Pocos pueden levantar la mano. Porque detrás del "asador bostero" (u otros apodos menos respetuosos) que hace tres años no para de viajar de celular en celular, hay un muchacho de barrio que sabe de lidiar con difíciles. Ya sea para dejar la escuela por salir a ganar el peso pateando las calles o para enfrentarse a un mundo de ciberburlas que lo ridiculizaban por su talla. Un experto en tomar contextos adversos y transformarlos. Y una historia que no se ve en las redes.

Nacido y criado en el barrio Toro, de Presidente Derqui, Maxi (43 años) vivió una vida que, de un día para el otro, se transformó en cien. Creció como un pibe más en un entorno de familia (su madre, cinco hermanos y dos sobrinos) y amistades en el que, asegura, el bullying no fue la regla sino la excepción. Ni en su vecindario ni en su escuela sufrió, salvo episodios puntuales, la mirada discriminadora y la palabra hiriente por su estatura. Sí sufrió, en cambio, la pobreza, que lo impulsó a dejar la escuela antes de tiempo y salir tempranamente al mundo del trabajo.

Y, desde adolescente, se adaptó a las calles como vendedor ambulante. También fue cultivando un pasatiempo que se transformó en pasión: cocinar para sus seres queridos. Asados, platos al disco, pastas, todo era una buena excusa para agasajar. Desde luego, uno de sus momentos favoritos para desplegar su talento culinario eran las previas de los partidos de Boca, otra de sus pasiones.

Ese fue el contexto de un segundo que le cambió la vida para siempre. Se tomó una foto junto a la parrilla antes de un partido y la compartió en un grupo de Facebook de hinchas xeneizes. No había sido la primera vez, pero esta fue diferente. A alguien se le ocurrió que esa imagen podía resultar graciosa y la reenvió con un mensaje discriminador. Luego le siguió, otro, y otro más, y más. En pocos días, las redes estaban inundadas con chistes y cargadas con su imagen como centro. No dudó en lo que debía hacer: eligió a los usuarios con posteos más virales y los contactó, uno por uno, para responderles. Para contarles de la persona detrás de la foto, del ser humano detrás del meme, para hacerles notar el daño que hacían. Y uno a uno, los puso de su lado. Y otra vez fue viral, pero como ejemplo de la lucha contra un flagelo de estos tiempos: el ciberbullying.

Bien podría ser caso de estudio sociológico: el acoso o la discriminación por medios virtuales es un drama bien actual; para muchas personas ha significado la depresión o, en episodios muy extremos, el suicidio. La crueldad en las redes, desatada bajo el paraguas del anonimato, no sabe de límites. Maxi pudo lidiar con eso gracias a dos pilares: sus afectos, y a no atravesar el camino solo. Encerrarse en uno mismo es el peor camino, porque uno cree que el mundo es ese que está en la pantalla y pierde de vista a su alrededor, recomienda. Habrá que tomarlo en serio: supo y pudo cómo dar vuelta su propia historia.

Desde que aquellos "haters" le pidieron disculpas públicamente, Maxi pasó a ser un personaje positivo en las redes. Comenzó a generar su propia comunidad a partir de compartir videos de recetas, carbones al rojo y mensajes con buena energía. Su historia llegó a la producción de "¿Quién quiere ser millonario?", el programa de juegos de Telefé que por esas épocas tenía como participantes predilectos a aquellos que habían atravesado situaciones complicadas de vida. Fue, contestó preguntas a Santiago Del Moro y no sólo se llevó 180 mil pesos, sino una inmensa oleada de popularidad.

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Sus números en redes se multiplicaron (hoy suma más de 300.000 follows entre Twitter, Instagram y Youtube), resolvió reclamos vecinales con sólo publicar una foto en sus cuentas y comenzó a tener contacto con personajes del espectáculo. No tardó mucho en tener una aparición masiva: un videoclip con "La Chabona", una influencer de la movida tropical cercana al abogado Fernando Burlando. Y al poco tiempo, el gran salto: una participación de varios capítulos en la nueva serie que produce Pol-ka y que verá por El Trece en poco tiempo. En "La 1-5/18&", protagonizada por Agustina Cherri y Esteban Lamothe, entre otros, Maxi tendrá un simpático personaje que aportará algo de humor a una trama oscura. Lo que le espera más adelante en su historia, está por escribirse.

De las cien vidas que vivió Maxi Martínez, siempre, la mejor será la próxima.

Conocé los detalles de esta historia en el video:

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