Felipe espera un corazón: una historia de lucha, amor y conciencia sobre la donación pediátrica

Felipe tiene apenas 10 meses y enfrenta una batalla silenciosa pero urgente. Diagnosticado con miocardiopatía dilatada severa, hoy se encuentra internado en el Hospital Garrahan, en lista de emergencia nacional a la espera de un trasplante de corazón, la única posibilidad que tiene para seguir viviendo.

Desde que nació, su vida transcurre entre hospitales, estudios y cuidados intensivos. Su primer hogar fue el Hospital Gutiérrez, donde pasó seis meses internado. Allí, su familia encontró no solo atención médica, sino también contención emocional. "Feli es un bebé muy querido. En el Gutiérrez aprendimos a convivir con esta enfermedad", recuerda su mamá, Gisela en diálogo con Pilar Hoy Noticias, quien hoy transforma el dolor en un mensaje de conciencia.

"Cuando recibimos el diagnóstico de Feli nuestro mundo se detuvo. Sentimos miedo, incertidumbre y teníamos un millón de preguntas en la cabeza", relata.

La enfermedad avanzó y la vida familiar cambió por completo. Las rutinas, los trabajos, la organización del hogar: todo giró en torno a los cuidados de Felipe. "Descubrimos que lo más valioso era estar juntos, acompañarlo en cada día, aun en una internación, y tratar de conquistar días de alegría", cuenta Gisela.

Hoy, el Hospital Garrahan es su segunda casa. Felipe está intubado y sedado, en estado crítico. Su corazón ya no puede bombear sangre a los órganos vitales. "Sabíamos que este momento iba a llegar, pero nunca se está preparado. Lo único que puede salvarlo es un trasplante", confiesa su mamá.

Donar es dar Vida

El ingreso de Felipe a la lista de emergencia nacional fue un momento de alivio, miedo y esperanza. "Es la puerta que necesitábamos abrir. Pero también sabemos que detrás de cada trasplante hay otra familia atravesando un dolor enorme. Por eso hablamos de solidaridad y de lo fundamental que es conversar en las casas sobre la donación de órganos", expresan.

Gisela quiere que la historia de su hijo sirva para dar voz a otros chicos que también esperan. "Nuestro granito de arena es hablar. Queremos que Feli no sea solo un número en una lista, sino que su vida y su lucha sirvan para generar conciencia. La donación salva vidas".

El mensaje de la familia es claro: solidaridad y esperanza

"La solidaridad puede cambiar destinos. Donar es dar vida. Gracias a la unión de todos, nuestros hijos pueden tener una segunda oportunidad: correr, jugar, ir al jardín, vivir lo que aún no vivieron y tanto se merecen".