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La parábola de Pabla: de pelear por no desconectar a su hijo en coma a ser referente solidaria de la pandemia

Es emprendedora textil. En su taller en Del Viso creó elementos de protección para miles de médicos y enfermeros en la pandemia. El drama familiar que le cambió la vida y fue el primer paso para ser elegida como Abanderada de la Solidaridad.

Sociedad - Pilarenses con Historias 12/12/2020 Augusto Fernández Díaz
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Pabla tiene 56 años, vive en Del Viso y tiene ocho hijos. Los ama a todos por igual, desde luego. Pero con Patricio fue distinto. En el año 2001 un tren lo atropelló cuando cruzaba una vía en bicicleta y el accidente lo dejó en coma. El escenario, dramático con sólo imaginarlo un instante, se extendió por meses. Hasta que sucedió. El grupo de médicos que sostenía la internación del chico fue crudo con su madre: "muerte cerebral", retumbó en cada rincón de Pabla. "El corazón sigue latiendo, estas condiciones son las requeridas para la donación de órganos", le espetaron. El alma se le abrió en carne viva. Pero lo comprendió al segundo; si alguien debía luchar por su hijo, esa era ella. Y decidió continuar. Y los médicos también. Y ocho meses después del accidente, Patricio reaccionó.

La vida de Pabla Marcelina Villalba comienza cada día a las cuatro de la mañana, cuando en la casa todos duermen menos su esposo, que sale a trabajar. Ella lo acompaña y le ceba mates. Ya a las seis, camina los pocos pasos que la separan de su mundo: un taller repleto de hilos, telas, moldes y trabajos a medio hacer. Charmant nació de una conversación entre acompañantes en una clínica de rehabilitación y hoy es una marca emprendedora consolidada en las ferias de la zona, donde se demandan sus tejidos. También está vinculada a la enseñanza: inquieta en relacionarse con la gente, Pabla dicta talleres y clases de diversas técnicas. Entretanto va y viene a la casa; Patricio sigue necesitando ayuda, aunque no tanta.

Sus años recorriendo pasillos de hospitales, guardias e internaciones, su habilidad para la costura y su fuerte impronta social hicieron eclosión en Pabla durante la pandemia de Covid-19. Recordó cada momento en el que vivenció los esfuerzos de las y los trabajadores de la salud y las carencias que a menudo deben capear. Y supo que debía hacer algo por ellos. Así comenzó a confeccionar camisolines, barbijos y otros elementos de protección. Se contactó con la Asociación Comprometidas para vincularse con materia prima y posibles receptores de sus donaciones. Y junto a la organización Pilar Emprende, de la que ella participa, no tardó en crearse la Red de Costureras Solidarias.

El resultado fue sorprendente: desde que comenzó la red, confeccionaron más de 60 mil tapabocas, más de 2.000 máscaras, 3.000 camisolines e incontables botas de aislamiento repartidas en todo el distrito. Además, enviaron pedidos a la Villa 31, el partido de Tigre y la provincia de Santiago del Estero. Muchos de esos elementos fueron fabricados con una tela plástica de alta calidad de protección, por lo que la demanda fue altísima. Y el agradecimiento también.

El volumen que alcanzó la tarea solidaria captó la atención de los organizadores del Premio Abanderados de la Solidaridad, un galardón que cuenta con apoyo de compañías e instituciones como Telecom, La Caja, Axion Energy, Misiones Biodiversidad, Banco Galicia, ADT, Grupo Petersen, Fundación Navarro Viola, CEDA Washington y Fundación Noble. De entre más de mil personas y proyectos postulados, Pabla y la Red de Costureras quedaron seleccionadas entre las cinco primeras. Su caso se conoció a nivel nacional y fue retribuido con un premio en efectivo que, desde ya, ella decidió donar para continuar con la causa.

Conocé la historia completa de Pabla en el video y súmate a colaborar con ella. Contáctate a bit.ly/redcosturerassolidarias o por WhatsApp al 11-6461-3488.

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